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Todo tiene un fin, lo sabemos, pero no nos aferramos a lo que tenemos hasta que ese fin esta cerca. 

Era de noche, estaban en una casa de empeños, escuchaban como se acercaba hacia ellos esa bestia incontrolable con cara de hombre y cuerpo de animal. Veían su sombra pero no sabían su proximidad. Cada paso que daba les dejaba menos tiempo para pensar, apenas se podían mover cuando ella vio una pequeña rendija en la pared, que seguramente habría sido provocada por los continuos terremotos. Apenas unos segundos más tarde ella estaba saliendo, pero faltaba el. Cuando ya tenía medio cuerpo fuera, notó como algo le cogía de la pierna, estiró una y ora vez, vera su final cerca, la chica no paraba de gritar su nombre, mientras él le decía que se fuera. Aun así no paraba de luchar, cogió una escoba que había cerca y empezó a pegarle en el brazo peludo, cuando notó que aflojaba estiró con todas sus fuerzas y consiguió liberarse de la bestia y salir de la tienda. Le había echo arañazos por lo cual no podía casi correr, pero la bestia no podía pasar por la pequeña brecha. Estaban vivos por ahora.